Rapsodia, Zara, Carolina Herrera, Mango, son algunas de las firmas señaladas por apropiarse y explotar comercialmente diseños tradicionales de pueblos indígenas, y la última polémica fue la de Isabel Marant, quien en 2015 ya había sido alertada con una misiva del Ministerio de Cultura azteca que señalaba lo siguiente:
“Solicito a usted, señora Isabel Marant, que explique públicamente con qué

fundamentos privatiza una propiedad colectiva, haciendo uso de elementos culturales cuyo origen está plenamente documentado”.

De este modo la Secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto cuestiona que se podrían retribuir beneficios a las comunidades creadoras de estos iconografías por parte de la firma de Marant.
En tanto este 2020, nuevamente autoridades mexicanas, detectaron que en la colección Etoile Otoño-Invierno 2020-21, Isabel Marant utilizó elementos culturales de la comunidad purepecha de Michoacán (oeste), Estado de México, Tlaxcala (centro), San Luis Potosí (norte) y Oaxaca (sur), prendas que la modista de alta costura vende a 490 euros, según la página de venta en línea de Marant, comercialización de la que no retribuye un solo peso a los verdaderos creadores de estos ideogramas.

No olvidemos que en 2019 México también reclamó a la firma de Carolina Herrera, diseñadora venezolana radicada en Estados Unidos, el haber replicado coloridos bordados propios de la comunidad de Tenango (centro). Y tú, ¿Qué opinas? ¿crees que es ético inspirarse y replicar diseños de pueblos originarios?
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