Dieciseis baños, nueve habitaciones, y una mansión novelada por T.C. Boyle, «Encierro en Riven Rock» (estame libro está basado en la historia real de Stanley McCormick, un heredero multimillonario y esquizofrénico, que vive confinado en la inmensa mansión de Riven Rock), que años más tarde se vendió, se dividió el terreno y se transformó en Montecito, Santa Bárbara en California, Estados Unidos, esta es parte de la historia del terreno en el que viven los ex duques de Sussex.

Y a esto hay que agregar que el «Chateau de Riven Rock» de Meghan y Harry tiene un valor de 15 millones de dólares, está cercano a la playa Mariposas, próximo a acantilados y con vecinos de la talla de Oprah, Ellen DeGeneres, Ariana Grande, de estilo provenzal francés en 1.796 metros habitacionales, con una pagoda para beber té, una casa de invitados, una cancha de tenis, una piscina y una cabaña de juegos infantiles.

Acá una de las pocas imagenes de la pareja en la privacidad de su hogar, figuran en esta fotografía remota -como la de José Carrasco– tomada en los jardínes de su mansión. El autor es Misan Harriman quien desde Londres capturó la imagen en blanco y negro, a través de un iPad conectado a 8.000 kilómetros en remoto.

No hay que olvidar que la ex-actriz y Misan se conocen hace años y fue él quien presentó a Meghan a un amigo que era cercano a Harry, y fue a través de él y de la diseñadora Misha Nonoo que se produjo un encuentro casual que los unió para siempre.

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